https://doi.org/10.5281/zenodo.16782659

ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

La educación en Cuba: retos y desafíos futuros en la educación superior

Education in Cuba: challenges and future challenges in higher education

 

Orlando Figueredo MaldonadoI , Leider Inocencio Saraiba NúñezII

 

I Departamento de Auditoría, Universidad de Holguín, Holguín, Holguín, Cuba

orlandof@uho.edu.cu,  https://orcid.org/0009-0002-8845-4885

II Centro de Estudios CENER, Universidad de Holguín, Holguín, Holguín, Cuba lsaraiban@uho.edu.cu, https://orcid.org/0000-0002-9267-4082

 

Recibido: 08/04/2025                     Revisado: 12/04/2025

Aprobado: 19/04/2025                   Publicado: 06/05/2025

 

RESUMEN

La educación superior cubana, históricamente pilar fundamental del desarrollo social y económico del país, se enfrenta en la actualidad a un panorama complejo y dinámico marcado por múltiples retos y desafíos que delinearán su futuro. Este artículo explora las tensiones inherentes entre el acceso universal y la calidad académica, la obsolescencia tecnológica, la fuga de talentos, y la necesidad imperante de una mayor vinculación con las demandas productivas y sociales. Se examinan las tácticas adoptadas por el gobierno y las universidades entre 2020 y 2025, abarcando la "Estrategia para mejorar la calidad educativa en Cuba 2020-2030" y las iniciativas de digitalización. Asimismo, se discute la crítica académica sobre la sostenibilidad del modelo actual y se proponen perspectivas para potenciar la innovación, la pertinencia de la formación y la internacionalización, con el fin de asegurar la resiliencia y el avance continuo del sistema de educación superior cubano frente a los escenarios globales y nacionales emergentes.

Palabras clave: Educación superior; retos; desafíos; calidad educativa.

 

 

ASTRACT

Cuban higher education, historically a fundamental pillar of the country's social and economic development, currently faces a complex and dynamic landscape marked by multiple challenges that will shape its future. This article explores the inherent tensions between universal access and academic quality, technological obsolescence, talent drain, and the prevailing need for greater engagement with productive and social demands. The article examines the tactics adopted by the government and universities between 2020 and 2025, covering the "Strategy to Improve Educational Quality in Cuba 2020-2030" and digitalization initiatives. It also discusses academic critiques of the sustainability of the current model and proposes perspectives for enhancing innovation, the relevance of training, and internationalization, in order to ensure the resilience and continued advancement of the Cuban higher education system in the face of emerging global and national scenarios.

Keywords: Higher education; challenges; educational quality.

 

INTRODUCCIÓN

La educación superior en Cuba ha sido, desde el triunfo de la Revolución, un eje vertebrador de la política social y un motor esencial para la construcción de un modelo de desarrollo basado en el capital humano y la equidad. Concebida como un derecho inalienable y no como un privilegio, ha permitido un acceso masivo a la formación universitaria, generando un impacto significativo en los índices de alfabetización y profesionalización del país (Salas Perea, 2000; Cueto León et al., 2020). Sin embargo, en el umbral de la tercera década del siglo XXI, el sistema de educación superior cubano se halla en una encrucijada, confrontando desafíos estructurales y coyunturales (Jiménez Guerra y Ruiz González, 2021; Santovenia Díaz et al., 2024; Sánchez Chávez et al., 2024; Blanco, 2024) que ponen a prueba su capacidad de adaptación y sostenibilidad en un contexto global cambiante y de presiones económicas internas.

Diversos autores y estudios recientes han comenzado a diseccionar la complejidad de este escenario (Miranda-Moreno et al., 2025; Rubio Ponce et al., 2025; Sánchez-Bayón et al., 2025). Mientras que el discurso oficial, como el del Ministerio de Educación Superior (MES) o figuras como Díaz-Canel et al. (2020), enfatiza el papel crucial de las universidades en el desarrollo científico-tecnológico y la formación integral con un fuerte componente ético-político (Radio Habana Cuba, 2025), la crítica académica externa y las voces dentro de la propia comunidad educativa revelan fisuras y tensiones crecientes. Por ejemplo, aunque el acceso a la universidad sigue siendo elevado, e incluso se ha mantenido un alto porcentaje de ingresos a pesar de resultados no óptimos en los exámenes de admisión, algunos estudios sugieren que esta política de "acceso para todos" puede estar comprometiendo la calidad de la formación inicial y la preparación académica de los estudiantes que ingresan. Esta paradoja, donde la masividad choca con la exigencia académica mínima, genera un ciclo vicioso que dificulta la mejora sostenida.

Asimismo, la infraestructura tecnológica obsoleta y la limitada disponibilidad de recursos modernos para la investigación científica y la docencia emergen como obstáculos significativos. La brecha digital y la falta de acceso a literatura especializada son factores que merman la capacidad de generar innovación, una necesidad apremiante en un mundo cada vez más globalizado y dependiente del conocimiento (Monzón Pinglo et al., 2023; Román-Acosta y Barón Velandia, 2023; Román-Acosta et al., 2023; Rodríguez Casallas et al., 2024). El "Plan para mejorar la educación en Cuba 2020-2030" del MINED tiene como objetivo enfrentar ciertas carencias mediante áreas de enfoque como la digitalización. (MINED, 2023). No obstante, la implementación efectiva de estas políticas requiere de una inversión considerable y de una reevaluación profunda de las prioridades, especialmente en un contexto de limitaciones económicas.

La presente investigación busca ir más allá de la descripción de estos desafíos, para ofrecer una crítica constructiva y un análisis profundo de las implicaciones de estas tendencias para el futuro de la educación superior en Cuba, proponiendo caminos y estrategias que contribuyan a fortalecer su resiliencia y su capacidad de respuesta ante las demandas del siglo XXI.

La presente investigación, con el objetivo de analizar en profundidad los retos y desafíos futuros de la educación superior en Cuba, emplea una metodología mixta, combinando enfoques cualitativos y cuantitativos para una comprensión holística del fenómeno. Dada la naturaleza del estudio, que busca explorar dinámicas complejas y perspectivas diversas, se prioriza una aproximación documental y un análisis crítico de las fuentes de información disponibles.

 

MÉTODOS

El diseño metodológico se fundamenta en los siguientes pilares:

Revisión Bibliográfica y Documental: Se realizó una búsqueda exhaustiva de literatura científica, informes oficiales, artículos de prensa especializada y documentos normativos publicados en los últimos cinco años (2020-2025). Las bases de datos académicas consultadas incluyeron SciELO Cuba, Redalyc, y Google Scholar, utilizando descriptores como "educación superior Cuba", "retos universidad cubana", "desafíos educación superior Cuba", "políticas educativas Cuba", " innovación educativa en Cuba” y “transformación digital en la educación superior en Cuba". Esta revisión permitió establecer los antecedentes investigativos, identificar las principales líneas de debate académico y oficial, y comprender las tendencias actuales y proyectadas.

Análisis Crítico de Contenido: Se aplicó un análisis crítico de contenido a los documentos recopilados, centrándose en la identificación de categorías emergentes relacionadas con los desafíos (económicos, tecnológicos, pedagógicos, sociales) y las estrategias propuestas. Este método permitió contrastar las perspectivas oficiales con las académicas y periodísticas, revelando puntos de convergencia y divergencia en la comprensión de la situación.

Estudio de Casos y Experiencias Relevantes: Aunque no se realizó un estudio de caso empírico primario, se analizaron documentos que describen experiencias o iniciativas específicas dentro de universidades cubanas (por ejemplo, la creación de parques científico-tecnológicos, programas de vinculación universidad-empresa, o proyectos de digitalización). Esto proporcionó ejemplos concretos de las respuestas institucionales a los desafíos identificados.

Para facilitar el análisis y la sistematización de la información, se emplearon las siguientes herramientas:

Software de Gestión Bibliográfica: Se utilizó software para organizar y citar las referencias bibliográficas según la norma APA 7ma edición, garantizando la rigurosidad académica y la trazabilidad de las fuentes.

Tablas de Sistematización de Información: Tablas de sistematización de la información: Se crearon tablas comparativas para ordenar la información obtenida de la revisión documental. Estas tablas incluyeron categorías como "Desafío Identificado", "Impacto", "Estrategia Propuesta (Oficial)", "Crítica/Análisis Académico", y "Fuentes (Apellido, Año, Página)". Esto permitió una visión estructurada de los hallazgos y facilitó la identificación de patrones y discrepancias.

Mapas Conceptuales y Diagramas de Flujo: Se utilizaron mapas conceptuales para visualizar las interconexiones entre los diferentes desafíos y las soluciones propuestas, así como para esquematizar el funcionamiento de algunas políticas o iniciativas clave. Los diagramas de flujo se emplearon para representar los procesos de articulación entre la universidad y el sector productivo o de investigación.

 

RESULTADOS

El estudio minucioso de los documentos y referencias ha hecho posible descomponer la intrincada situación de la educación universitaria en Cuba, reconociendo elementos y desarrollos que moldean su actualidad y sugieren sus desafíos futuros. Los resultados se estructuran en torno a los principales ejes de análisis emergidos de la revisión, revelando una educación superior en constante tensión entre sus principios fundacionales y las exigencias de un entorno globalizado y en transformación.

 

La paradoja del acceso universal y la calidad académica

La política de acceso universal a la educación superior ha sido un logro social incuestionable en Cuba, garantizando oportunidades a una vasta población. Sin embargo, los resultados de la investigación sugieren que esta masificación ha generado presiones sobre la calidad académica. Se observa una tendencia a la baja en la preparación previa de los estudiantes que ingresan a las universidades, lo que demanda un esfuerzo considerable en los ciclos iniciales para nivelar conocimientos y habilidades básicas. Esta situación plantea un desafío pedagógico significativo, pues las instituciones deben equilibrar la inclusión con la necesidad de mantener estándares de excelencia en la formación. La eficiencia terminal y el rendimiento académico se ven impactados por esta heterogeneidad en el punto de partida de los estudiantes.

 

Obsolescencia tecnológica y brecha digital

Uno de los resultados más recurrentes es la obsolescencia tecnológica de la infraestructura y el equipamiento en las universidades cubanas. La falta de inversión sostenida en laboratorios, equipos de cómputo y conectividad de alta velocidad limita gravemente la capacidad de innovación y la actualización curricular. La brecha digital no solo afecta el acceso a recursos de información y plataformas virtuales de aprendizaje, sino que también repercute en la capacidad de los estudiantes y profesores para desarrollar competencias digitales esenciales para el mercado laboral actual. A pesar de que el Ministerio de Educación Superior (MES) ha impulsado la digitalización como un elemento clave (MINED, 2023), su ejecución se encuentra con obstáculos importantes por la falta de recursos y la lenta modernización de las infraestructuras de telecomunicaciones del país.

 

Desalineación entre formación y demandas productivas

La investigación evidencia una desalineación persistente entre la oferta académica y las necesidades cambiantes del sector productivo y de servicios en Cuba. A pesar de los esfuerzos por vincular la universidad con la empresa y el desarrollo local, la pertinencia de algunas carreras y planes de estudio no siempre se corresponde con las demandas reales del mercado laboral, lo que puede generar subempleo o la necesidad de readaptación profesional de los egresados. El sistema aún se percibe, en algunos sectores, como reactivo en lugar de proactivo en la identificación de nuevas profesiones y la flexibilización de los currículos para adaptarse a la dinámica global (MINED, 2023).

 

Limitaciones de recursos y sus consecuencias

Las restricciones económicas que enfrenta el país se traducen directamente en limitaciones presupuestarias para la educación superior. Esto afecta no solo la modernización de la infraestructura y el acceso a tecnologías, sino también los salarios de los docentes universitarios y las condiciones laborales. La remuneración inadecuada es un factor crítico que contribuye a la fuga de talentos, tanto de profesores experimentados como de jóvenes profesionales, quienes buscan mejores oportunidades económicas fuera del sector académico o del país. Esta pérdida de capital humano cualificado debilita la capacidad de las universidades para mantener la calidad de la enseñanza y la investigación.

 

El papel emergente de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI)

A pesar de los desafíos, los resultados también resaltan el reconocimiento del papel fundamental de la educación superior en el sistema de ciencia, tecnología e innovación del país. Las universidades cubanas son vistas como centros neurálgicos para la investigación y el desarrollo (Díaz-Canel et al., 2020). Iniciativas como la creación de parques científico-tecnológicos y el fomento de la investigación aplicada buscan fortalecer la contribución de la academia al desarrollo económico y social. Sin embargo, la efectividad de estos esfuerzos depende críticamente de la superación de las limitaciones de recursos y la promoción de un entorno más propicio para la creatividad y el emprendimiento científico.

En síntesis, los resultados de la investigación delinean un panorama de la educación superior cubana caracterizado por la resiliencia y el compromiso social, pero también por la urgencia de abordar desafíos estructurales que, de no ser atendidos eficazmente, podrían comprometer su capacidad para cumplir con su misión en el futuro. La discusión que sigue profundizará en las implicaciones de estos hallazgos.

 

DISCUSIÓN

Los resultados obtenidos a partir de la revisión documental ofrecen una panorámica compleja y multifacética de la educación superior en Cuba, revelando que, si bien el sistema ha logrado éxitos notables en términos de acceso y formación de capital humano, enfrenta desafíos significativos que requieren una atención estratégica para asegurar su pertinencia y sostenibilidad futura.

La paradoja entre el acceso universal y la calidad académica es uno de los puntos más críticos. La política de gratuidad y masificación, aunque encomiable desde una perspectiva de justicia social, parece haber generado una presión sobre la calidad de los insumos educativos (estudiantes con deficiencias de base) y los procesos formativos. Esto no es un fenómeno exclusivo de Cuba; numerosas instituciones educativas que han priorizado el acceso han enfrentado retos relacionados con la equidad y la diversidad del estudiantado. La discusión aquí radica en cómo las universidades cubanas pueden implementar estrategias pedagógicas diferenciadas y programas de acompañamiento robustos que permitan elevar el nivel de los estudiantes sin comprometer el rigor académico ni la eficiencia de los procesos. La inversión en formación docente continua para abordar estas nuevas realidades pedagógicas es crucial.

La falta de actualización tecnológica y la desigualdad en el acceso a internet se presentan como impedimentos significativos que restringen la evolución de los métodos de enseñanza y de investigación. La meta de "digitalizar" el MINED (2023) resulta apropiada dentro del panorama global, donde la educación superior se apoya cada vez más en plataformas digitales, simulaciones y herramientas de análisis de información. No obstante, la insuficiencia de infraestructura y la carencia de conexión estable y económica son barreras evidentes. En contraste, naciones en la región con economías comparables han conseguido progresos destacados a través de colaboraciones entre el sector público y privado o mediante financiamiento internacional para la digitalización. La discusión debe centrarse en la búsqueda de modelos innovadores de financiamiento y en la priorización de inversiones tecnológicas estratégicas que permitan cerrar esta brecha de manera efectiva.

La desalineación entre la formación y las demandas productivas es un reto recurrente en muchas economías planificadas o en desarrollo. Aunque Cuba ha intentado vincular la universidad con la empresa, los resultados sugieren que la articulación no es tan fluida o adaptable como se requiere. La rigidez curricular y la lentitud en la actualización de los planes de estudio frente a un mercado laboral en rápida evolución global es un factor limitante. Se discute la necesidad de un mayor acercamiento proactivo con el sector empresarial, la creación de más espacios de práctica y la promoción de un espíritu emprendedor entre los estudiantes, no solo para generar empleo, sino para innovar dentro del propio sistema productivo cubano.

Las limitaciones de recursos y la fuga de talentos son desafíos interconectados que amenazan la sostenibilidad a largo plazo del sistema. Los bajos salarios docentes y la falta de incentivos económicos adecuados no solo afectan la motivación y el bienestar del profesorado, sino que también dificultan la retención de jóvenes talentos y la atracción de profesionales calificados. Esta situación es particularmente grave para áreas estratégicas donde el conocimiento es altamente demandado a nivel internacional. El debate presente no puede pasar por alto la importancia de investigar otras formas de financiamiento, posiblemente mediante la gestión autónoma de iniciativas universitarias, asesorías especializadas o la recaudación de fondos externos, para mejorar las condiciones salariales y laborales, y así mitigar la fuga de capital humano.

Finalmente, el papel emergente de la ciencia, la tecnología y la innovación como motor del desarrollo es un punto fuerte del discurso oficial y de la capacidad potencial de las universidades cubanas. El establecimiento de parques científicos y el fomento de la investigación práctica son medidas adecuadas. No obstante, para que la CTI universitaria sea realmente transformadora, es esencial superar las limitaciones estructurales discutidas previamente. La discusión debe centrarse en cómo fomentar una cultura de innovación más robusta, cómo facilitar la transferencia de conocimientos y tecnologías al sector productivo, y cómo garantizar que la investigación debe atender de forma más directa las necesidades y problemas del país.

La educación superior cubana se encuentra en un momento crítico donde la capacidad de adaptación, la flexibilidad y la proactividad serán determinantes. La superación de estos retos requerirá no solo voluntad política, sino también una profunda autoevaluación y la implementación de estrategias innovadoras y bien financiadas que permitan al sistema seguir siendo un pilar fundamental del desarrollo cubano.

 

CONCLUSIONES

La enseñanza superior en Cuba, si bien ha sido crucial en el desarrollo social y la creación de habilidades humanas con un destacado acceso universal, se encuentra hoy ante una variedad de obstáculos y dificultades que requieren una reevaluación estratégica para garantizar su importancia y viabilidad en el futuro. Los resultados de este estudio conducen a las siguientes deducciones:

La tensión entre acceso y calidad académica es ineludible y requiere soluciones innovadoras. Si bien la política de acceso masivo es un logro social, la heterogeneidad en la preparación inicial de los estudiantes exige programas de nivelación efectivos y una pedagogía más flexible y diferenciada. La calidad no puede sacrificarse en aras de la cantidad; es imperativo encontrar un equilibrio que eleve el nivel general de los egresados para que puedan enfrentar los desafíos del siglo XXI.

La brecha tecnológica y la obsolescencia de la infraestructura son barreras críticas que frenan el desarrollo y la innovación. A pesar de los intentos por implementar cambios digitales, la escasez de recursos y la progresiva modernización tecnológica obstaculizan que las instituciones académicas en Cuba utilicen al máximo las técnicas y enfoques actuales en enseñanza e investigación. 6. Cerrar esta disparidad es esencial para la capacidad competitiva y la relevancia en la educación profesional.

La desalineación entre la oferta formativa y las demandas del mercado laboral persiste y exige una mayor proactividad. La adaptación curricular debe ser más dinámica y estar más estrechamente ligada a las necesidades cambiantes del sector productivo y de servicios. La educación universitaria en Cuba necesita impulsar una mentalidad empresarial y fortalecer su conexión con las empresas para encontrar respuestas a los desafíos del país y desarrollar nuevas posibilidades para sus egresados.

Las limitaciones presupuestarias y la consecuente fuga de talentos son amenazas sustanciales a la capacidad del sistema. La precariedad salarial de los docentes y la escasez de recursos impactan directamente en la calidad de la enseñanza y la investigación. Es crucial explorar mecanismos de financiación sostenibles y generar incentivos que permitan retener y atraer a los profesionales más calificados, asegurando la vitalidad intelectual y el relevo generacional en la academia.

El rol de la educación superior como motor de ciencia, tecnología e innovación es innegable, pero su potencial no se explota al máximo. Las universidades tienen la capacidad de generar conocimientos y soluciones para el desarrollo del país. No obstante, para que esta contribución sea plena, es esencial crear un ecosistema más propicio para la investigación, la experimentación y la transferencia tecnológica, superando las barreras estructurales existentes.

En síntesis, el futuro de la educación superior en Cuba dependerá de su capacidad para abordar estos retos de manera integral. Esto implica no solo ajustes en las políticas, sino también una profunda reevaluación de las prácticas, una inversión estratégica en tecnología y capital humano, y una mayor apertura a la colaboración nacional e internacional.

 

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